Las 36 horas previas al Levante-Real Madrid estuvo jarreando en Valencia. A primera vista el terreno de juego aparentaba un buen aspecto e icluso medios apunaban que el campo iba a esta rapidito. Pues bien, pitó el inicio Muñiz Fernández y el balón hizo todo menos rodar. El partido no se debería haber jugado bajo ningún concepto. Y es que cuando tu entrenas algo durante toda la semana para ponerlo en práctica el domingo, y este mismo día te toca disputar un encuentro que es todo menos lo entrenado, este partido carece de sentido, a no ser que lo entrenado durante la semana haya sido waterpolo.
Ya en el partido no dio tiempo a que la lluvia quitara la gomina a Cristiano Ronaldo cuando éste fue agredido por David Navarro. Basta ya con la absurda teoría de que algunos jugadores van duro y no a hacer daño. Alguno no, muchos jugadores van a hacer daño, y bastantes van a lesionar, entre ellos el amigo David Navarro. No es la primera vez que vemos a este jugador realizar una acción parecida. Curiosamente a Messi le pegó un pisotón a los doce segundos de partido y cuando el balón estaba a 40 metros. Todos sabemos que lo hace para lo que se suele llamar "marcar su territorio". También todos sabemos que hace esto para suplir sus enormes carencias en cuanto a juego táctico se refiere. Y como dijo Mourinho en su día y en otro contexto, no voy a decir todo lo que pienso sobre este jugador porque aquí terminaría mi carrera periodistica.
A si, el partido. Pues tras ver el terreno de juego, había varias consignas claras y muchas otras a evitar. Ambos equipos dieron prioridad absoluta a los balones parados, especialmente a las faltas laterales. Para los blancos fue el peor día para encontrarse un césped en este estado. El sistema táctico carecía de un nueve referente al que poder mandar balones directos con el objetivo de recoger las segundas jugadas y comenzar a crear 30 metros más adelantados de lo que lo harían con el campo en buenas codiciones. Aún así y sin un hombre que fijara a la pareja Navarro-Ballesteros, el Madrid realizó un juego vertical. Evitar pases horizontales, no coducir y entregar el balón atrás lo menos posible eran los objetivos a seguir para sumar tres puntos vitales. Cero concesiones atrás, no había lugar a los pases comprometidos. El balón enviado desde la defensa volaba por encima del medio campo que ayer más que nunca realizó un trabajo defensivo y de contención.
En estas llegó el minuto 84, y el Madrid nunca mejor dicho con el agua al cuello. Era en ese momento o nunca. La Liga se escapaba. Pues bien precisamente de una fala lateral, precisamente David Navarro que ya "asistió" a CR en el primero, rompía el fuera de juego para que llegara el momento más feliz en la vida de Álvaro Morata. Un cabezazo del joven delantero salvaba al Madrid de la `batalla de Levante´ y hacía respirar a un equipo que le pese a quién le pese luchará hasta el final por esta liga. A este Madrid no le puedes dejar herido, más te vale matarle.
Se lo merece Morata. Realmente no creo que tenga nivel para ser delantero del primer equipo ni ahora ni nunca. Pero sólo por pelear cada día, por haber soñado con este momento una y otra noche, por estar en boca de todos y ser utilizado para atacar a un entenador o a una supuesta filosofía de una institución entera... por todo esto y mucho más...¡grande Morata! ¡Bien chaval!